La peor droga que existe son las personas. Una vez que te enganchas a una que no te conviene, incluso cuando sabes que vas a acabar mal, prefieres que te destruya a dejar de depender de ella.

Naipes

Últimamente, sentía que su vida era como un castillo de naipes. Lo había construido con esmero y dedicación. Pero un buen día empieza a soplar el viento, y lo que creía que aguantaría todo lo que fuera estaba empezando a tambalearse. Tenía que estar alerta por si alguno de los naipes empezaba a sucumbir al viento. Deseó que todo fuera más sencillo, más fácil de arreglar. Que si se caía aquel castillo pudiera volver a levantarlo poco a poco con la misma dedicación que en el pasado; y que todo volviera a ser igual. Pero las cosas no sucedían como ella hubiera querido. Si tan solo un naipe se dejaba vencer por el viento, sabía que todos los demás irían detrás. Y puede que nunca más pudiera volver a recomponerlos.

Sentada al lado de la chimenea, hipnotizada por el movimiento de las llamas, sólo podía sentir el calor en su rostro y dejar que este se llevara lo poco que a esas hora de la noche le rondaba por la cabeza. No quería pensar nada más por esa noche. Quizás, puede que sin quererlo, estuviera empezando a jugar con fuego. Ya sabía lo que se decía: quien juega con fuego, se quema. 
Estaba empezando a notar el fuego demasiado cerca. 

Cansada

Cuando parece que vas a acabar bien el día, el destino te espera detrás de la esquina para jodértelo.
Estoy cansada de discutir por tonterías; de que el cansancio o el estrés hagan que discutamos por cosas absurdas. Estoy cansada de que la puta regla haga que tenga ganas de llorar por haber discutido por una chorrada. Y de que haga que me acueste con ese nudo en la garganta que ha aparecido de la nada en un abrir y cerrar de ojos.
Y, para rematar el día, mi querida compañía de móvil ha decidido embolsarse el saldo que me quedaba hasta el mes que viene. Cojonudo. ¿Algo más?
Sé que cuando me levante mañana todo habrá sido una broma pesada de mi amiga la menstruación. Iré a pelearme con Vodafone, intentaré aprobar el examen que tengo por la mañana (gracias, destino), y pensaré que el motivo por el que he discutido con M. no merece la pena (que no la merece). Pero esta noche estoy cansada.
Por lo menos me sigue quedando este rincón en el que poder desahogarme, aunque sea casi la una de la madrugada...


Besos.

Lilly.

Como se lee en los periódicos: mayoría absoluta del PP. Y parece que todo gira en torno al empleo, la economía y la crisis. 
Pero a mí lo que más me preocupa es la ideología del partido político que nos va a gobernar durante los próximos (y espero que únicos) cuatro años. Me preocupa todo el fanatismo que veo en las calles, en las noticias y en los periódicos en torno a ese partido. Me preocupa haberme dado cuenta no de lo que ha dicho, sino de lo que ha dejado de decir.Qué va a hacer con el país. Qué quiere hacer con la sanidad, la educación y las ayudas sociales.
¿Cómo puede gobernar en un país democrático una persona que piensa que por ser lesbiana no tengo derecho a casarme? Una persona que permite que sus ideologías personales y sus creencias religiosas sean más que suficiente para decidir quién tiene derechos y quién no no debería estar gobernando una nación.


Y yo, señor Rajoy, ya que no tengo la oportunidad de decírselo en persona, voy a decírselo desde mi blog: me niego a dejar que usted se atreva a jugar con mis derechos.